Twitter, como alentador de la lectura fugaz, vimos en nuestra nota anterior como una legión de escritores hacen literatura en la red social consagrada al chimento o al comentario cínico (como TheTweetOfGod, el community manager de un Dios apócrifo que da a conocer al mundo un evangelio según… Justin Bieber!); historias colectivas, donde la trama se construye entre distintos autores en una sucsión inacabable de retuits; o escritores monacales que pasan de los libros en papel a Internet como una manera de explorar nuevas posibilidades narrativas.
Por caso, Margaret Atwood mencionada en la nota anterior. Reconocida escritora canadiense que a los 75 años tiene casi 800.000 seguidores y participó en el #TwitterFictionFestival.Allì descubrió un sitio en el que se puede hacer casi todo lo mismo que en una novela aunque requiera una especial atención y habilidad en el uso de la tensión y la intriga. “Algunas personas manejan suficiente suspenso como para mantener a sus lectores esperando por la próxima ráfaga de sílabas” sentencia Atwood.
Debe ser un verdadero arte lograrlo (yo me pondría algo nerviosa confieso, y no lo veo a Borges intentándolo, ¿o sí?).
“Ráfaga de sílabas”, sí, Twitter sea quizás exactamente eso: una metralleta de palabras n un diálogo enloquecido. Pero convengamos que tanto Twitter como Facebook o hasta el WhatsApp son plataformas de comunicación escritas.
Es raro pensar que la twitteratura llevará ficción allí donde impera la estricta actualidad hoy, que per se a veces resulta por demás ficcional.
Será que cuando el arqueólogo del futuro lejano examine nuestra civilización (¿) logrará reconstruir la compleja narración de nuestra época leyendo tuits? Dudo le alcance esta versión taquigráfica de un infinito diálogo colectivo.
Hasta la próxima!
Rocío Salas Alvarez, Directora 4Dsight
Agradecimiento a Nicolás Artusi.
Fuentes: 4Dsight- Nicolás Artusi (La Nación).
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